021 ago 2014 Madre de la Salvación: Ningún hombre tiene la autoridad para dañar a otro en el Nombre de Dios

13.02.2015 00:07

Jueves 21 de agosto de 2014 a las 16:25 hrs.

Mis queridos hijos, cuando un hombre persigue a otro hombre y le causa sufrimiento, el Espíritu de Dios no puede permanecer en esa alma, porque es el maligno quien reside en su interior. Cuando un hombre persigue a otro, le causa daño, ya sea espiritual o físicamente y luego justifica sus acciones, diciendo que él está defendiendo la Palabra de Dios, sabed que este es el pecado más grande, ya que insulta la Divinidad de Dios.

Ningún hombre tiene la autoridad para dañar a otro hombre en el Nombre de Dios, ya que esto nunca sería tolerado o permitido, por mi Hijo, Jesucristo. A medida que aumentan las calamidades en el mundo, también cada acto malvado será tolerado por los culpables de terrible pecado contra Cristo. Ellos darán cualquier excusa para justificar sus malas acciones y ninguno de ellos escapará al castigo en el Plan de Redención de Dios. Arrojad el mal sobre otra alma y ese hombre tendrá que responder por sus pecados contra Dios, Su Creación y todo hijo de Él.

En esta época de gran engaño, cuando es difícil para los pecadores discernir el bien del mal, es importante recordar las palabras de mi Hijo, Jesucristo. El que esté sin pecado, que tire la primera piedra. La persona que cause terribles sufrimientos a los demás será juzgado de acuerdo a sus acciones.

Debéis, en este momento, orar por la humanidad y por las gracias para discernir la diferencia entre los pecados, los que se llevan a cabo en contra de la humanidad, y los que son en contra de Dios. El pecado es pecado, pero cuando las malas acciones se llevan a cabo en el Santo Nombre de Dios, entonces graves consecuencias seguirán tras de sí. Como el odio se propaga también lo hará el amor de Dios esparcido a través de las almas de los mansos y los humildes, porque ellos llevan la antorcha de la Salvación contra un fondo de oscuridad. Solo por la Gracia de Dios, el hombre puede ser salvo del pecado y será a través de aquellas almas, que aman a Dios sin condición, que las almas que yerran(que se equivocan) puedan ser redimidas.

Tenéis que rezar, rezar, rezar por los pecadores en todas partes porque la oscuridad les ciega a la Verdad. Sin la Verdad, el mundo se sumiría en la más completa oscuridad. Orad para que vosotros, mis queridos hijos, podáis resistir la fealdad que el pecado trae a vuestras vidas. Orad por aquellos que persiguen a los hijos de Dios para que puedan encontrar en su corazón el mostrar amor y compasión a los demás.

Orad por la salvación de las almas y, especialmente por aquellas que han permitido al odio nublar sus corazones y que son las más necesitadas de la Misericordia de Dios.

Vuestra Amada Madre

Madre de la Salvación