05 may 2013 No tratéis de razonar con la mente cuando tratáis de justificar Mi Existencia porque Yo no soy de este mundo

09.05.2013 00:05

Traducción latinoamérica

Domingo 5 de mayo de 2013

 

Mi amadísima hija, el dolor de la separación de Mi, Jesucristo, el Hijo del Hombre, es desconocida para muchos, pero cuando el día venga, cuando Mi Luz se extinga hacia el final, se volverá claro cuán penosa la agonía es.

Aquellos que me conocen y me aman, saben lo que trae el dolor, cuando el pecado forma una barrera entre el pecador y Dios.

Aquellos que no me conocen, y aquellos que me rechazan, experimentarán esta separación durante los tres últimos días de oscuridad, cuando la Presencia de Dios no se encontrará en ninguna parte.

Será solo cuando la Luz de Dios desaparezca, que el hombre finalmente comprenderá que no hay vida sin Dios. Todo lo que queda es un vacio, un desierto y una oscuridad.

 

Yo Soy la Luz, la que el hombre busca, desconocida para él, cada segundo de cada día.

A medida que el hombre se esfuerza por encontrar paz y felicidad, tratará de encontrarla en cualquier lugar que piensa que puede. Él usará la búsqueda de ganancia material mundana y lujuria de la carne para satisfacer necesidades, las cuales nunca serán satisfechas y seguirá falsas religiones, las cuales prometen gran satisfacción personal. Ninguna de estas cosas lo traerá a la Luz de Dios.

Incluso aquellos quienes buscan respuestas, a través de medios intelectuales y conocimiento, nunca encontrarán la paz o las respuestas que ellos buscan, a menos que abran sus corazones al Verdadero Amor de Dios.

Vengo a cada uno de aquellos que me buscan. Me deleito en almas cuya simplicidad ansiosa busca solo Mi Amor. Cubro a tales personas con el Don del Espíritu Santo. Para acercaros más a Mí, debéis confiar en Mí completamente. Es solo cuando abandonáis vuestra voluntad a Mí, que Mi Presencia puede ser sentida. A aquellas personas que tratan de encontrarme, pero que les es difícil, les digo esto:

No tratéis de razonar con la mente cuando tratáis de justificar Mi Existencia porque Yo no soy de este mundo. No os ceguéis a sí mismos a la existencia de vida eterna. Os espera, si solo pudieráis confiar en Mí y dejarme llegar dentro de vuestro corazón y alma. Me daré a conocer a vosotros. Todo lo que tenéis que hacer es llamarme. Debéis clamar a Mí pronto, porque cuando Mi Presencia en la Tierra disminuya, será imposible para vosotros buscarme y deambularéis en angustia impotente tratando de encontrarme.

Aquellos que pensáis que sois fuertes en la fe y quienes creen que están cerca  de Mí, debéis saber cuán rápido caeréis cuando no me podáis encontrar en ninguna parte en los tabernáculos del futuro. Una vez que ese terrible día de desolación venga, habrán llantos de desesperación y el poder de la bestia será tal que muchas almas estarán demasiado débiles para defender Mi Santa Palabra.

Debéis pedir Mi ayuda y se os dará. Llamadme con un espíritu humilde y os responderé. Rogadme que os proteja y os cubriré con Mi Preciosa Sangre, de tal manera que nada os detendrá en el sendero de la Verdad, el cual conduce a la salvación eterna.

Servidme por vuestra propia interpretación, en cuanto a cómo debo ser servido, y necesitaréis tener cuidado. Haced como Yo os he dicho. Vivid vuestra vida de acuerdo a Mi Palabra y Yo os sostendré. Deshonradme al utilizar Mi Santa Palabra en una manera que trae sufrimiento a otros, y sufriréis el más grande dolor de separación de Mí.

Vuestro Jesús