12 sep 2011 El castigo puede ser mitigado por medio de la oración

21.10.2012 19:45


Lunes 12 de septiembre de 2011 a las 12:00 hrs.

Mi muy querida bienamada hija, muy pronto se parará el mundo y el periodo después del Aviso cambiará la forma en la que el hombre contemplará el mundo. Los placeres materiales y los excesos ya no entusiasmarán. Los hombres ya no tratarán como dioses a los ídolos, que construyen de las celebridades y de la riqueza. Ya no condenarán tan rápidamente al prójimo o lo tratarán cruelmente.

El nuevo mundo, después del Aviso, será un lugar en donde será venerado con respeto el amor a Mí y a Dios Padre. Muchos dirigentes de países no cristianos, rendirán homenaje a Mi Padre. Aquellos que ocupan puestos claves de poder, que controlan las finanzas de la gente, se arrepentirán todos juntos. Muchos otros dejarán el poder y compartirán con sus hermanos y hermanas el pan que viene de Dios Padre. Porque este pan es para todos y está destinado a ser repartido entre todos por igual.

Como consecuencia del Aviso saldrán muchas cosas buenas. Sin embargo, muchas almas no serán suficientemente fuertes en su fe.

Desgraciadamente ellos volverán a las andadas. Seducidos por las promesas de poder, de riqueza, de control y de amor así mismo, rechazarán a Dios Padre. Conocerán la Verdad pero aun así no les bastará. Estos pobres y débiles pecadores serán una espina en su costado, hijos. Sin las oraciones de ustedes, los pecados de estos originarán caos en un mundo que se habría recuperado durante su nueva purificación.

La oración, hijos Míos, es muy importante. Deben pedir a Dios Padre que acepte sus súplicas, para que aplaste la persecución que está siendo planeada por estas personas. Suficiente oración puede, y logrará evitar, muchos de los horrores que estos pecadores tratarán de infligir al mundo.

Muchos de ustedes están ciegos a este plan que está siendo tramado a sus espaldas. Las señales, se dejan ver consecuentemente, pero ustedes no logran reconocerlas.

Hijos Míos, a medida que su fe crece, recen para que el Espíritu Santo pueda extenderse sobre estos pecadores y que pueda envolver sus almas. Yo, su querido Jesús, protejo a ustedes, Mis bienamados seguidores.

Siguiendo Mi mandato, les encargo rezar no solo por estas almas caídas, sino también para que se termine la persecución de hombres, mujeres y niños en general. Si los autores, desafiantes a Mi Padre, siguen aterrorizando a personas inocentes, mediante los nuevos controles que desencadenarán sobre el mundo, serán castigados.

A estos pecadores se les está dando la mayor Misericordia posible desde Mi Crucifixión. Ellos tiene que aceptar El Aviso, pues esta es la última vez en donde se les ofrecerá la posibilidad de expiar sus culpas. De otro modo, se enfrentarán a un castigo terrible. Este castigo, que será ejecutado por la mano de la Justicia Divina por Mi Padre Eterno, no es deseable. Aunque este Gran Castigo haya sido profetizado, puede ser mitigado por el poder de la oración.

Su amado Salvador
Rey de Misericordia, Jesucristo