25 ago 2011 El caos climático será experimentado ahora en varios países. Mi Padre está enfadado

20.10.2012 21:24


Jueves 25 de Agosto de 2011 a las 20:00 hrs.

Mi muy querida bienamada hija, convoca a todos Mis soldados de la oración, para que recen por los demás. Incluso por aquellos que no son creyentes y por aquellos que están presos por la violencia y el odio. Deambulan desesperados e intentan encontrar amor y paz en sus vidas, pero constatan que no es posible. Ustedes deben rezar fervorosamente por ellos, porque sin sus oraciones serán arrojados al fuego del Infierno.

No dejen que esto ocurra. Si se les puede animar a dirigirse a Mí y a estar dispuestos a escuchar Mis Palabras, les serían dadas las gracias necesarias para que Yo pueda llevarlos en Mis brazos.

Hija mía, el mundo tiene qué apaciguarse y prestarme atención. Muy pronto presenciarán una serie de terremotos e inundaciones. En varios países se experimentará el caos por catástrofes climáticas. Estos son los castigos que Mi Padre inflige a la humanidad. Los pecados serán castigados, hija Mía, y aquellos países que son culpables de promover el aborto, no escaparán a la mano de Mi Padre cuando esta caiga. La oración ya ha evitado muchos de estos actos de castigo, sin embargo los hombres siguen pecando y ofenden a Mi Padre con hechos viles y repulsivos, que son cometidos por hombres contra hombres, incluyendo los actos contra los niños inocentes que están en el vientre de sus madres.

Les pido urgentemente que recen ahora por Mis hijos de los países que no escaparán de este castigo. Mi Padre está enfadado. No va a seguir viendo por mucho más tiempo cómo los hombres destruyen a la humanidad. La Tierra se hundiría, si a los hombres no se les detiene. Él, Mi amado Padre, reservará una buena parte de este castigo para después de El Aviso. Después de eso, a pesar de la conversión de muchas personas, el hombre aún volverá al pecado. Los castigos impuestos deben mostrar al hombre cuán severo puede ser Mi Padre. Él ama a todos Sus hijos, pero Él creó este mundo y sencillamente no le está permitido al hombre destruirlo.

Recen ahora, hijos Míos, por todos sus hermanos y hermanas.

Jesucristo
Rey de la humanidad