27 abr 2013 Cada día debéis preguntaros – ¿aprobaría Dios mis acciones hoy?

04.05.2013 22:46

Traducción latinoamérica

Sábado 27 de abril de 2013 a las 13:20 hrs.

Mi amadísima hija, debo explicar a cada una de las personas vivas hoy en esta Tierra la importancia del tiempo dado a ellas. Nunca he interferido con la voluntad del hombre, ya que este es uno de los mayores dones dados a la humanidad y esto nunca puede ser quitado. Satanás, por el contrario, interfiere con el libre albedrío del hombre y ha buscado incansablemente esclavizar la mente humana y robar su alma, desde el primer momento.

Por lo tanto, el libre albedrío que es dado al hombre, es el que será buscado por espíritus malignos. Pero es también a través del libre albedrío del hombre que la puerta a Mi Reino puede ser abierta. Porque sois carne, y por lo tanto mortales, el único tiempo que tenéis para prepararos para la vida eterna es ahora. Nunca debéis olvidar esto. Debéis estar preparados en todo momento, ya que al igual que Mi Padre os dio la vida, así también Él la puede quitar en cualquier momento en cualquier día.

Si fuérais a morir ahora, hoy, ¿estaríais en condiciones para venir ante Mí? ¿Sabéis qué faltas y qué actos habéis cometido y qué odio habéis mostrado a vuestro prójimo, los cuales se revelarán delante de Mí? Debéis, para que os sea dada la vida eterna, saber que se necesita hacer ahora, hoy día, para haceros puros a Mis ojos.

Para aquellos que aprueban el pecado y lastiman a otros, por un lado y por el otro, luego rezan y llevan vidas, las cuales dicen están dedicadas a Mí, digo esto: Cada hora, me herís con vuestra hipocresía. Cada día, vuestra alma se distancía más de Mí. Debéis seguir los Diez Mandamientos exactamente como les fueron dados por Mi Padre, de lo contrario, no podéis decir que sois de Mí.

Tantas almas no entran al Cielo y muchos deben sufrir la purificación necesaria para hacerlos aptos para entrar en Mi Reino. Sin embargo muchas más almas son arrojadas a la oscuridad eterna. Tantos se dan cuenta de cómo han ofendido a Dios, a los pocos minutos de su muerte en la Tierra. Cuán asustados y afligidos están entonces. Se dan cuenta de que su tiempo para el arrepentimiento ha pasado y que es demasiado tarde para ellos en esa etapa.

¿Por qué no comprendéis que la muerte puede ocurrir en cualquier momento? Debéis saber, que cuando ofendéis a Dios, debéis esforzaros para cambiar la forma en la que os comportáis a fin de encontrar paz. Cuando evitáis el pecado y continuamente tratáis de enmendar la forma en que tratáis a otros, solo entonces encontraréis verdadera paz. Cuando os encontréis con paz en vuestra alma – lo cual solo puede suceder cuando lucháis contra el pecado y mostráis remordimiento por vuestras malas acciones – os acercáis más a Dios.

Cada día, debéis preguntaros – ¿aprobaría Dios mis acciones hoy? Vosotros conoceréis, en vuestro corazón, la respuesta.

Vuestro Jesús