28 ago 2012

23.09.2012 22:31

Si vosotros alabáis a falsos dioses y pedís por gran abundancia, riquezas y otros regalos, únicamente para satisfacer vuestras pasiones, vosotros atraeréis al Príncipe de las Tinieblas

Martes, 28 de agosto del 2012, a las 19:30 hrs.

 

Mi muy querida y amada hija, el mundo y la gente que vive en él están en negativa (rechazo).

Ellos no creen en el Verdadero Dios, Mi Padre Eterno.

Ellos, en sus billones, corren alrededor en confusión y persiguen callejones sin salida, buscando un dios al que puedan pagar lealtad.

El problema acerca de dioses, los falsos dioses que ellos ponen sobre un pedestal, es que estos ídolos son de su propia hechura. Su propia creación, hecha para que se adapte a su propia interpretación de quién debería ser Dios.

Estos dioses, y Mi hija ellos han creado cientos de ellos, están formados por su propia  imaginación.

Estos mismos dioses, sólo sirven un propósito y ése es: el de hacer creer las expectativas, nacidas del amor propio, de cómo su dios ideal debería ser.

Los dioses que ellos crean son elaborados. Ellos apelan a su sentido del derecho divino de sus almas. Estas almas creen que sus dioses personalmente hechos, promueven sus derechos a cosas maravillosas.

Para aquéllos de vosotros quienes no aceptan la Verdad, la Existencia del único y Verdadero Dios, sabed esto:

Sólo el Creador Verdadero de la Humanidad puede otorgaros a vosotros el libre albedrío.

Mi Padre, nunca os forzará u os ordenará hacer cualquier cosa, porque esto es imposible.

Cuando vosotros pedís a los dioses falsos que os den riquezas, que os hagan exitosos o cuando busquéis favores, vosotros estáis siendo egoístas.

Sólo cuando pedís a Dios que os conceda dones (regalos), de acuerdo a Su Divina Voluntad,  podéis comunicaros realmente  con el único Dios Verdadero.

Si vosotros alabáis a dioses falsos y les piden gran abundancia, riquezas y otros regalos únicamente para satisfacer vuestras pasiones, vosotros atraerán al Príncipe de las Tinieblas.

Él está esperando el momento de cuándo concederles tales favores. No abran la puerta al Rey de las Mentiras, porque vendrá a un precio muy alto.

Él intercambiará tales regalos mundanos a cambio de vuestras almas.

Vuestro Jesús